“Llevábamos nueve años de relación, totalmente consolidada, y cinco años viviendo juntos. Yo pensaba que ya lo sabía todo de él, que ya nos conocíamos el uno al otro totalmente. Pero un día, no sé muy bien por qué, abrí su portátil. Nunca se me había ocurrido hacer eso, nunca había desconfiado, ni me había dado motivos para hacerlo, era un hombre normal y corriente. Pero esa tarde antes que él llegase de trabajar, me dio por curiosear su ordenador. No tenía ninguna contraseña, así que entré sin problema.

Casi al minuto, entré en la carpeta de imágenes, y empecé a ver fotos y fotos de él con otra mujer. Era pelirroja, y estaban en un plan totalmente cariñoso. Parecían una pareja. Bueno lo eran, en realidad. Eran fotos de ellos dos en una casa, de viaje, tomando algo… En fin, fotos muy cotidianas, como las que yo tenía con él.

Después de ver como unas cien fotos de mi pareja con esta otra mujer, sentía como un dolor tan fuerte en la garganta, como si me fuera a explotar la cabeza, no entendía nada. Mi corazón estaba sufriendo al máximo porque lo entendía todo, pero mi cabeza no era capaz de procesarlo. Me quedé en silencio durante una hora aproximadamente, y cuando estuve un poco más calmada, empecé a hacer mis maletas. Cuando él llegó yo ya lo tenía todo recogido y le estaba esperando en el salón. Él me preguntó qué pasaba, y yo le pregunté quién era y durante cuánto tiempo me había estado engañando con esta otra mujer. Se empezó a poner nervioso y a decirme que podía explicarlo, no paraba de preguntarme que qué había visto.

 La semana que siguió a esa tarde fue muy difícil. Era como tener gripe, una gripe a cuarenta de fiebre pero con dolor físico y también emocional. Acabé sabiendo que hacía dos años que tenía esta relación paralela. Dos años. Comportándose conmigo como si nada pasara. Era muy difícil para mí estar bien en los meses que siguieron, estaba devastada. Sentía vergüenza, ganas de esconderme de todo el mundo, le odié, me deprimí, me frustré, me obsesioné con todo lo que pasó. Recuperarte y poder rehacer tu vida después de algo así no es fácil”.

 Esto es lo que me explicaba Belén la semana pasada, en nuestra primera sesión trabajando juntas. Y esta es la primera de las historias que voy a contarte durante las próximas semanas, si quieres leerme, cada dos viernes en tu email. 

Haber sufrido una infidelidad no es lo que parece. No es algo que se supera fácilmente. Causa unas profundas heridas emocionales que, si no te armas de valor y las trabajas, pueden dejar huellas durante años. Miedos enquistados, rechazo a la intimidad, desconfianza crónica… Que lo que hacen es alejarte aún más de una vida estable y feliz.

 Si has pasado por algo parecido te animo con todo el corazón a que tomes acción, a que te muevas, que des el primer paso para salir de donde estás. Puedes seguir chapoteando en tu propio lodazal, o elegir de nuevo. Elegir otro tipo de vida, sin tanta amargura y sin tanto dolor.

Soy Elena Sabés, ayudo a personas que quieren dejar de sentirse estancadas en su vida afectiva y desean tener un amor de pareja sano y estable.

Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y Certificada en Constelaciones Sistémicas por el IFS. También estoy formada en Psicosomática Clínica, Análisis Transgeneracional, CNV y Terapia Energética.

Soy Fundadora de elenasabes.com, desde donde ayudo a personas que quieren cambiar el rumbo de su vida afectiva, recuperar la confianza en sí mismas, tomando el amor propio como camino hacia la serenidad y la plenitud interior.