El miedo a estar sola/o afecta por igual a hombres y a mujeres, se podría decir incluso que es el miedo que más cuesta asumir y aceptar y el que más vergüenza da reconocer.

Nadas entre dos aguas. Por un lado racionalmente sabes que no necesitas a nadie para ser feliz, y que en teoría, tienes una vida relativamente buena: disfrutas de tus aficiones y tu familia, sales a divertirte, viajas, etc.

 

Pero a un nivel menos racional te preguntas si esto es todo, si ya no vas a tener otra oportunidad para conocer a alguien con quien compartir una vida juntos.

Los seres humanos somos seres sociales: necesitamos alimento emocional al nacer y a lo largo de toda la infancia y adolescencia, sentirnos cuidados, arropados y queridos. Esto lo obtenemos de nuestra madre, nuestro padre, hermanos y hermanas, amigos y amigas, y cuando crecemos y estamos en pareja, lo obtenemos también de la pareja.

Lo que ocurre es que en el paso a adultos han sucedido dos cosas: la primera es que no hemos aprendido a tratarnos bien, sin autocríticas destructivas y con amor profundo hacia nosotros mismos. Y la segunda, es que obviamos todas las fuentes de amor que tenemos y parece que solo la pareja es la persona que va a poder hacerme feliz. Estas dos cosas que ocurren al transformarnos en adultos hacen que alberguemos una profunda sensación de carencia emocional, y sentimos que de alguna manera, estamos incompletos o insatisfechos sino tenemos pareja.

La consecuencia de esto es que le otorgamos a la pareja un peso y unas expectativas sobre lo que debería ser o las necesidades que debería cubrirnos que son imposibles de abarcar. Obviamos todo lo que nos rodea (todas las otras fuentes de amor) y queremos y exigimos que la pareja llene el vacío que sentimos, y no nos estamos dando cuenta de la pesada carga que eso supone para cualquier persona, incluidas nosotras mismas cuando nos la exigen. Esto es así porque ni siquiera nos hacemos cargo de nuestras propias emociones, no nos permitimos aceptar esa sensación de vacío o de soledad y corremos a llenarlo con cualquier cosa.

 

 

 

 

 

 

 Entonces, ¿Qué puedes hacer para lidiar con este miedo a estar sola?

1. No salir corriendo cuando lo sientas.

2. Aprender a tratarte un poco mejor.

Cuando identifiques este vacío o esa sensación de soledad, no salgas corriendo a llenarlo con lo que sea (y en este con lo que sea hay una amplia gama de cosas). Abre un espacio de reflexión y conciencia y pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo ahora, en este preciso momento? Respóndete con honestidad si en esta situación te estás tratando a ti misma bien, si estás viendo la situación con objetividad y con cuidado y respeto hacia ti misma o bien te estás dejando llevar por tus pensamientos automáticos que tanto daño te hacen.

Si haces este ejercicio, esta toma conciencia, todas las veces que aparezca este miedo, poco a poco vas a poder ir desarmando tus creencias sobre la soledad o el vacío.

Cuando cambias tus creencias, cambia la emoción, y dejas de sentirte presa de unos determinados pensamientos que no te aportan nada bueno.

Sumado a esto, cuando te sientes tan condicionada por ese miedo a estar sola, es muy probable que tomes decisiones que no te benefician (como por ejemplo, estar con alguien que no te aporta nada, solo por miedo a estar sola). De modo que este ejercicio también va ayudarte a tomar decisiones en coherencia con lo que realmente sientes y quieres.

 

 

Soy Elena Sabés, ayudo a personas que quieren dejar de sentirse estancadas en su vida afectiva y desean tener un amor de pareja sano y estable.

Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y Certificada en Constelaciones Sistémicas por el IFS. También estoy formada en Psicosomática Clínica, Análisis Transgeneracional, CNV y Terapia Energética.

Soy Fundadora de elenasabes.com, desde donde ayudo a personas que quieren cambiar el rumbo de su vida afectiva, recuperar la confianza en sí mismas, tomando el amor propio como camino hacia la serenidad y la plenitud interior.